Una de las salsas más exquisitas y conocidas en todo el mundo es la Carbonara. Originaria de Roma, su preparación varía dependiendo del lugar y puede ser acompañada con cualquiera de nuestras pastas: panzotti, ravioles, tortelloni, linguini, spaghetti o fettuccini. Una cosa es segura, será un total deleite para quién la pruebe.

 

Ingredientes:

 

-250 gr. de cualquiera de nuestras pastas

-150 gr. de panceta fresca

-150 gr. de queso parmesano

-4 huevos

-4 dientes de ajo

-Aceite de oliva extra virgen

-Sal

-Pimienta negra molida.

 

Preparación:

 

Antes que nada, comenzaremos preparando la pasta (en este caso probaremos con unos spaghetti), para lo que vamos a poner a calentar una olla con abundante agua, y cuando comience a hervir agregamos una pizca de sal, un chorrito de aceite de oliva y los spaghetti (recuerda siempre seguir las instrucciones al reverso del empaque). Una vez listos nuestros spaghetti los retiramos del agua, los escurrimos bien y los dejamos separados para utilizarlos en el momento adecuado.

 

Mientras se cocina nuestra pasta podemos ir preparando el resto de ingredientes que vamos a necesitar en la receta.
Pelamos los dientes de ajo y los cortamos en rodajas finas. Luego cortaremos la panceta en tiras. Respecto a los huevos, es mejor que estén a temperatura ambiente, por lo que al inicio de la preparación los sacaremos de la refrigeradora y los pondremos junto a los demás ingredientes.

 

A continuación ponemos a calentar una sartén de tamaño adecuado con un poco de aceite de oliva extra virgen y podremos a dorar los ajos laminados, a fuego medio, para evitar que se quemen. Una vez los ajos estén bien salteados los sacamos de la sartén y los dejamos reservados para después. En esa misma sartén vamos a saltear la panceta (cortada previamente), hasta que quede ligeramente frita (ya que luego volverá al fuego). Luego, separamos y reservamos la panceta semi frita hasta que sea el momento adecuado.

 

Lo siguiente que haremos será batir los huevos; podemos usarlos enteros o solo las yemas (que es como se hace en algunas zonas de Italia de forma tradicional). Elige la opción que prefieras, pero ten en cuenta que la segunda hace que el sabor de los huevos sea más intenso. Una vez tengamos los huevos batidos (o sus yemas) agregamos el queso parmesano rallado, sal y pimienta negra molida al gusto, y volvemos a batir para mezclar bien.

 

Ahora, para terminar, echaremos en la sartén -que habíamos usado previamente- nuestra pasta bien escurrida (spaghetti), la panceta y los ajos, y los saltearemos a fuego medio durante un par de minutos para que la pasta tome algo de sabor y los ingredientes se calienten bien.

 

A continuación, servimos nuestra preparación en platos individuales, y por encima agregamos parte de la mezcla de huevos batidos y queso, para que con el calor de la pasta, el huevo no se cuaje del todo y quede cremoso.

 

Ahora a ¡disfrutar de esta delicia!. El acompañante perfecto para realzar los sabores de nuestra pasta será un vino blanco con cuerpo o un vino rosado con paso por barrica. Como siempre decimos: ¡È il tempo di mangiare!